Aunque era primavera, hacía un calor veraniego y tomaban el fresco de la noche en el balcón. El joven seguidor dijo:
- Cada vez entiendo menos la política. Partidos que se les ha votado porque decían que luchaban contra la corrupción, luego pactan con partidos llenos de casos de corrupción, para obtener alcaldías o presidencias, o simplemente para que no manden otros.
Sonrió el sabio y respondió:
- Es cuestión de falta de voluntad
El joven lo miró extrañado. El anciano prosiguió:
- Sí. La persona que carece de voluntad es aquella que, en contra de la voz de su propia conciencia, cambia sus principios según las circunstancias, según los dictámenes de la sociedad, según las modas...traicionando sus propios ideales.
Y concluyó:
- Se necesita mucha voluntad para ser fiel a uno mismo y a sus principios.

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