Hoy, los cristianos recordamos el relato de la visita de María a su prima Isabel. Yo veo a María, ya embarazada, yendo a casa de Isabel, también en estado de embarazo avanzado, para acompañarla, ayudarla, estar con ella en ese tiempo tan delicado y especial. Esto me lleva a preguntarme por mis visitas, mi servicio, mi ayuda a los demás. Del ejemplo de María surge la respuesta: solo se trata de estar atentos a nuestro alrededor, a lo que acontece, a las personas que tenemos al lado y a sus necesidades. A la familia, a los amigos, a algún vecino, a algún compañero/a… Nada más, y nada menos. Como María, con esa sensibilidad, esa generosidad, esa intuición para saber estar cuando hay que estar y donde hay que estar. ¿Quién me necesita? ¿Quiero ayudarle? ¿Cómo hacerlo?
Y, a veces, todo es tan sencillo como escuchar el viento que sopla por nosotros y extender con fuerza las alas.