El amor tiene muchos nombres, muchos rostros, muchas formas. Tiene innumerables historias. Es amistad, fe, pasión, enamoramiento; es fraterno, filial, paterno; es compasión por las vidas heridas o anhelo por lo que está por vivir. Es encuentro, quietud o tormenta. Es aceptación incondicional, y al tiempo fe en las posibilidades del otro. Amor es saber darnos. Y también saber pedir ayuda a aquellos en quienes confiamos. Es disfrutar de la presencia y echar de menos en la distancia. Es celebrar juntos la vida y llorar juntos los golpes. A veces es sed, y otras manantial que sacia los anhelos. Es señal de que estamos vivos. A nuestro alcance está abrir las puertas e invitar a los otros a entrar en nuestra vida. Salir a los caminos para estar asequibles a otras vidas –y no aislados en murallas que nos hacen inasequibles–. Lo que está en nuestra mano es construir, con nuestras obras, nuestra palabra y nuestra vida, espacios donde los otros puedan sentirse en casa.
@pastoralsj
Repasa tu historia de amor, ¿Qué nombres son importantes en tu vida?
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros. Juan 13, 34-35
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