
Observa la profundidad de la respiración, su ritmo, el sonido, el recorrido del aire respirado y desde dónde respiras. Luego relaja tu respiración a medida que relajas tu cuerpo. No permitas que los pensamientos que puedan aparecer te entretengan. En cuanto ves que un pensamiento aparece, déjalo ir y vuelve suavemente a la atención de tu respiración relajada. Desplaza ahora tu atención a tu corazón. Tu Ser y tu paz interior se encuentran en tu corazón, no hay otro camino hacia la paz interior. Pon tu mano derecha en tu corazón y siéntelo. Siente el latir de tu corazón y permítete sentir cualquier cosa que venga, aceptando todos los sentimientos que surjan y dejándolos ir. Siente el latir de tu corazón y escucha este suave murmullo que pasa a través de ti. Siente cómo conectas a través de este latir con el latir de tu Ser Interior, con la paz, con la calma y con la confianza. Siente cómo a través de este latir de tu corazón te conectas con el latir de la vida misma, de toda vida, de la Fuente. Y luego vuelve la mano a su sitio. Sentimos la paz, la alegría y el amor en nuestro corazón, nuestra mente y nuestro cuerpo. Nos permitimos hasta sonreír mientras meditamos, pues es natural sonreír cuando afirmamos la verdad. Agradece a Dios, al Universo o a quien tú desees el haber alcanzado en este instante la paz interior .
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