Ir al contenido principal

RELATOS: La oruga y el cactus

Cierta vez, un hombre pidió a Dios una flor y una mariposa. Pero Dios le dio un cactus. Y una oruga. El hombre se quedó triste, pues no entendió por qué su pedido llegó equivocado. Luego pensó: - Con tanta gente que atender…- y decidió no hacer nada. Pasado un tiempo, el hombre fue a verificar el pedido que dejó olvidado. Para su sorpresa, del espinoso cactus había nacido la más bella de las flores. Y la horrible oruga se transformó en una bellísima mariposa.

La mariposa se transfigura y cambia, las apariencias engañan y dentro de cada uno de nosotros hay una mirada de mariposa, que revela cómo somos, cómo miramos. En este tiempo de Cuaresma queremos vernos en positivo y transformar nuestro corazón. No será fácil, pero queremos intentarlo.


Comentarios