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WITHIN me: Silencia tus ruidos

Silencia tus ruidos
Del mismo modo que para ver necesitamos la luz que todo lo ilumina, para escuchar bien necesitamos silencio. El silencio es la ausencia de ruidos externos que nos posibilita fijar la atención en el estímulo acústico y entenderlo. En nuestro caso, anhelamos sentir la Palabra que nos transformará. Pero escuchar también requiere silencio interior, aquel que nos libera del autocentramiento. El silencio interior nos permite escuchar y ser pacientes para esperar que el otro se comunique cuando quiera o cuando pueda. Detente a descubrir los sonidos que, aun así, te llegan: algunas voces distantes, pájaros, el viento, sonidos  urbanos… estimulan tu oído. Tu cerebro intenta identificar qué sonidos son y qué significan. Tu respuesta es acogerlos sin dejarte atrapar; es decir, sin que te preocupen o te entretengan en exceso. Al acogerlos, los puedes agradecer y, si cabe, reconciliarte con ellos. D. Guindulain

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