Ir al contenido principal

RELATOS: El Anacoreta y la confianza

El Anacoreta y la confianza
Llegó a la Cueva triste y cansado. Tras beber agua de la fuente y reponerse compartiendo la comida con el Anacoreta y el discípulo, dijo:
–Estoy cansado de confiar… sólo recibo decepciones. Creo que los demás me van a corresponder con buena voluntad y, la mayoría de las veces, creen que voy con segundas intenciones y me engañan a mi…
El Anacoreta tomó un papel y escribió:
“No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios. Creed también en mí” (Jn 14,1)
Y se lo entregó al visitante. Este quedó perplejo sin saber qué decir… Entonces el Anciano se explicó:
–¿En qué confiamos?¿En las personas, en la vida, en nosotros mismos…? ¿Te fías realmente de tí mismo? Piensa que los que desconfían es porque antes recibieron una decepción… Y también, porque, en el fondo, tampoco se fían de ellos mismos. Todos nos conocemos. Sabemos que escondemos segundas intenciones…que buscamos nuestro beneficio, aunque sea a costa de dañar a los otros…
Se paró un instante y luego prosiguió:
–Pero no podemos vivir sin confiar. En el profesor que nos enseña; en el tendero que nos vende; en el médico al que acudimos…Aunque nos quede una duda en nuestro interior. En el único en quien podemos tener confianza absoluta es Dios… Y eso no quiere decir que las cosas nos van a salir como nosotros queremos. ¿Acaso lo que nosotros queremos es lo que más nos conviene?
Miró al visitante a los ojos y le dijo:
–Sigue confiando en los demás, aunque te fallen, como nosotros fallamos a los otros. Pero sobre todo, confía en Dios… aunque a veces no comprendas lo que te ocurre…
Y se fueron a hacer confiadamente la siesta bajo la palmera…
¿En quién pones tu total confianza?

Comentarios

  1. Normalmente las personas en las que más confiamos son nuestra familia o amigos muy cercanos, porque sabemos que ellos no nos fallarán, aunque también solemos confiar en algunos amigos muy cercanos o que conocemos desde hace mucho tiempo.

    ResponderEliminar
  2. Se puede confiar ciegamente en la familia porque sabes que nunca te van a fallar y siempre estarán contigo apoyandote

    ResponderEliminar
  3. Sólo pongo toda mi confianza en familia, pero hay mas gente cercana a mi en la que confío mucho. A modo de conclusión, me gustaría dejar aquí la frase "No te preguntes si tienes algún amigo de verdad. Pregúntate si eres un amigo de verdad para alguien."

    ResponderEliminar
  4. Yo, en quién más confío es en mis padres y en mi hermano, pero también en mi familia ,ya que ellos son los que mejor me conocen y sé que no me van a fallar

    ResponderEliminar
  5. La confianza debe ganarse con actos. En un principio, cierta desconfianza está bien, pero no podemos vivir siempre con ella cuando ya nos han demostrado esa confianza, así nunca disfrutaremos completamente, pues viviremos con ese miedo constante

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Comparte tu opinión de manera responsable y evita el anonimato: Escribe tu nombre, el curso y tu cole gabrielista. Muchas gracias.