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CONTEMPLAR: Sálvate, exígelo

Sálvate, exígelo
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Suelta lo que no te permite estar bien, aquello que no te deja ser tu mejor tú y… pide lo que necesites. No se trata de huir de ningún peligro, sino de encontrar el camino y saber discernir entre lo esencial y lo accidental, entre lo que tiene valor y lo que no lo tiene. Y déjate guiar por la luz. 
Jesús se dirigió otra vez a la gente, diciendo: –Yo soy la luz del mundo. El que me siga tendrá la luz que le da vida y nunca andará en oscuridad. Juan 8,12

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