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Enfocar: Siete y unos pocos peces


En el Evangelio de Mateo 15,29-37 se nos presenta la Multiplicación de los panes: Jesús se compadece de cuantos van a escucharlo. Muchos son curados de su ceguera, de su incapacidad para oír, de su incapacidad para caminar. Pero no quiere que se marchen sin nada. Se han alimentado espiritualmente, pero es necesario que coman algo para el camino.

¿Es sorprendente el milagro de la multiplicación de los panes? Lo verdaderamente sorprendente era encontrar a un predicador dando de comer. No eran solo palabrerías lo que ofrecía, su alimento también era físico. Su compromiso era total. Hasta quedarse sin nada.

Y es que no podemos pensar en los pobres situándonos solo en la lástima. Eso no les da alimento para el camino. Lo que genera la verdadera solidaridad es preguntarme: ¿cuántos panes tengo?, ¿cuánto puedo compartir?, ¿cuánto estoy dispuesto a ofrecer? Lo importante de este evangelio es que cuestiona a todos y nos saca de la comodidad.

Oremos para que los cristianos sepamos ofrecer lo que tenemos para paliar el hambre de cuantas familias encontremos a nuestro paso. Que el rostro compasivo de Jesús sea llevado en nuestros corazones y ofrezcamos en este Adviento pequeños haces de luz donde brille la esperanza.

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