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Intuiciones: Salvar la Navidad


Hay algo, lo reconozco, que no me termina de encajar en el mensaje con el que nos bombardean de “salvar la Navidad”, no solo porque me suena a película mala, sino porque hace que me pregunte por cuál Navidad es la que queremos salvar.

La mayoría pensamos en poder pasar esos días con nuestras familias, especialmente con nuestros mayores. Volver al hogar y ponernos al día, pasar tiempo juntos. Celebrar juntos aquello que está en nuestro ADN cristiano: Dios se hace uno de nosotros. Pero a veces parece que el salvar la Navidad que nos venden tiene más que ver con las compras, los viajes, las cenas... el consumismo. Nos hablan de otra Navidad, la que se nos ha ido colando y que ahora parece la de verdad. Más que en salvar la Navidad estamos pensando en salvar la campaña de Navidad. Lo que no es malo porque es cierto que muchas familias dependen de que la campaña de Navidad salga adelante para poder vivir dignamente, para no perder sus negocios y trabajos. Muchas familias que dependen —como José y María de trabajos ocasionales y humildes.

Ojalá salvemos la Navidad. La de verdad, la que queremos, la que nos lleve junto a nuestros seres queridos, convocados a celebrar a Dios entre nosotros. Y que este parón forzado nos haga replantearnos el consumismo en el que nos hemos ido metiendo y que las siguientes Navidades se parezcan más a las que ahora soñamos, se parezcan más a esa primera noche en Belén, donde el amor de una familia fue fiesta suficiente.   Adapt. Álvaro Zapata, sj

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