Una hija se quejaba a su padre de que nada le salía bien. Se daba por vencida. Su padre, chef de cocina, llenó de agua tres ollas y las puso al fuego. En una echó zanahorias, en la otra, huevos y, en la última, granos de café. Al cabo de 20 minutos de ebullición, las sacó del fuego. La hija, sorprendida e intrigada, preguntó:
-¿Qué significa todo esto, padre?
La hizo acercarse para que tocara las zanahorias. Notó que eran blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Se dio cuenta de que el huevo era duro. Después le pidió que probara el café. Aquellos granos de café, después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua.
Él le explicó que los tres elementos habían tenido que enfrentarse a la misma adversidad: ¡agua hirviendo! Pero habían reaccionado de forma diferente.
Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?, ¿cuál de los tres elementos eres tú?Para no tener que improvisar cuando me llega, ¿qué debería modificar desde ahora?
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