Ir al contenido principal

Enfocar: Dar fruto abundante


El Padre quiere que demos mucho fruto. Es decir: aprovechar a fondo esta vida, crecer plenamente como persona humana. Es lógico. Un viñador planta la viña y la cultiva para que produzca fruto abundante. Si nosotros montamos una empresa, querremos que rinda. Jesús insiste: «Yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto» (Jn 15,16).
Los cristianos vivimos hoy preocupados y distraídos por muchas cuestiones. No puede ser de otra manera. Pero no hemos de olvidar lo esencial. Todos somos «sarmientos». Solo Jesús es «la verdadera vid». Lo decisivo en estos momentos es «permanecer en él»: aplicar nuestra atención al evangelio y procurar no apartarnos de su proyecto.
Deja de preguntarte por el fruto que vas a aportar o el que quieres conseguir. Acógelo y descubre el valor de volver una y otra vez a la vida buscando el fruto.

Comentarios