Vivimos en una sociedad llena de ruido. Piensa por un momento en la cantidad de ruidos que nos rodean cada día: coches, teléfonos, alarmas, timbres, anuncios. Pero además parece que no sabemos vivir sin ruidos y nos inquieta el silencio: necesitamos poner música o salir donde haya ruido para no sentirnos solos, o para olvidar nuestras preocupaciones e inquietudes, las cuales sentimos con más fuerza cuando no hay ruidos.
Además de los ruidos externos, también tenemos ruidos internos: tensiones, problemas inquietudes, tareas pendientes.
Vamos a conectar hoy, en silencio, con estos ruidos internos, a hacernos conscientes de los obstáculos que no nos permiten comunicarnos debidamente o que no dejan que escuchemos a los demás...
Una vez detectados estos obstáculos podéis compartirlos, si queréis, con el grupo.
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