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Enfocar: Toma tu cruz y sígueme

Esta e
s una de las frases de Jesús más fuertes y luminosas para revelarnos qué es la vida cristiana.
En aquel tiempo, la cruz era la pena de muerte que el imperio imponía a los marginados. Tomar la cruz y cargarla en busca de Jesús era lo mismo que aceptar ser marginado por el sistema injusto que legitimaba la injusticia. La Cruz es la consecuencia del compromiso libremente asumido por Jesús de revelar la Buena Nueva de que Dios es Padre y que, por consiguiente, todos deben ser aceptados y tratados como hermanos y hermanas. Por este anuncio, él fue perseguido y no tuvo miedo a dar su vida. 
Así como Jesús cargó con Su cruz, nosotros también tenemos nuestra propia cruz por cargar en este camino: esa cruz que va con nosotros a todos lados, que muchas veces queremos sacarla, cambiarla, porque nos duele, nos pesa… todos pasamos por momentos que nos agobian y nos lastiman, situaciones complicadas en las que nos cuesta salir adelante, en que nos desesperamos y en que todo alrededor parece aturdirnos…
Jesús nos está invitando a seguirle y eso significa asumir el riesgo de una existencia que no se reserva, que se da, como se dio él. 

¿Cuál es tu cruz? ¿Cuáles son esos momentos difíciles, esas cicatrices que tienes presente día a día y que forman parte de ella?

Referencia a Marcos 8,34–9,1


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