Hoy, la Iglesia celebra la Solemnidad de la Anunciación. Dicho de otra manera, el día que María dio su “Sí” valiente a Dios. Ella, maestra de la paciencia, nos muestra un modo de esperar que vale la pena revisar
María no espera sola. Aunque María en el momento de la Anunciación estaba sola, María entiende, acoge y responde desde su fe judía. La fe judía es la fe del pueblo que, unido, espera el cumplimiento de la promesa.
- ¿Quienes son los míos?¿En quién pongo mi confianza?
María espera y no desespera. Lo que le pide el ángel a María es terrorífico. Para María, estar disponible a la propuesta de Dios significa arriesgar la vida, poder ser rechazada, quizás incluso apedreada hasta la muerte. Pero su fe es un sí mirando a Dios en los ojos y confiando en la bondad que brillaba en ellos.
- Cuando me toca tomar una decisión: ¿Pienso solo en mi mismo/a?¿Arriesgo por los demás?
María tiene su modo de esperar. María dice sí y no pierde su personalidad. Es mujer y es libre. Solo así, con ella, puede Dios hacer todo nuevo. El «hágase en mí» suena al «hágase la luz».
- ¿Somos capaces de ponernos, libremente, al servicio de los demás?
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