Hoy te propongo sentirte como el mar. Las olas llegan y se marchan. Pruébalo mañana: cuando camines, o estés contemplando la naturaleza tranquilamente, sé consciente de la respiración oceánica. ¿En qué consiste? Haz cómo has hecho hasta ahora: inspira muy lentamente por la nariz y expira muy lentamente por la nariz. Al hacerlo, haz una pequeña oclusión en la glotis produciendo el ruido de las olas del mar. Hazlo muy suave sin forzar. ¿Suena como el mar? Imítalo.
Imagina que sientes con este respirar tu mar de fondo, lo que recibes, que viene a ti ya la vez, lo que das, que se marcha...
Eres mar.
Pruébalo. Es una respiración que te lleva a ese paisaje de mar que tú te imagines.
Es una respiración tonificante. Hazla durante el día, no por la noche.
¡Adelante!
¡Cuídate!
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