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A contraluz: 50%

 


Algunos no lo quieren ver porque viven muy bien. Muchos lo podrían ver pero ya no les interesa. Otros lo ven solo cuando les interesa. Bastantes lo ven, pero quieren seguir viviendo bien. Y demasiados lo sufren, lo ven y nadie les da la palabra... Y así entre despistes y cortinas de humo, nos olvidamos de una enfermedad social que se desarrolla en el silencio de muchos barrios y pueblos olvidados y provocará desencanto y más de un dolor de cabeza, dividirá la sociedad aún más y generará otros tantos problemas. No obstante ya está aquí, de momento ya ataca al octogenario viudo al que le cuesta pagar la luz, al joven que tiene que cambiar de ciudad para poder trabajar o al matrimonio con hijos que vivirá siempre de alquiler. 
@pastoralsj

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