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RELATOS DEL MUNDO: Los gansos de Navidad


¡Buenos días!
A dos semanas para la Navidad, os traigo un cuento para reflexionar sobre el significado de este tiempo que se acerca:
Cuenta la historia que un día, en un pueblo desconocido, el viento empezó a soplar con mucha fuerza y se desató una ventisca. Una chica, mientras observaba por la ventana de su casa esa fuerte tormenta de nieve, oyó un golpe muy fuerte sobre una de las ventanas. Miró hacia afuera, pero no lograba ver nada.
Cuando la nevada empezaba a cesar, se aventuró a salir para averiguar qué había pasado y descubrió, en su patio trasero, una bandada de gansos salvajes que habían sido sorprendidos por la tormenta de nieve. Perdidos y confundidos, habían acabado en aquella finca. Aleteaban y volaban en círculos por todas partes, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo.
Sintió pena, por lo que decidió ayudarlos. ¡Sería ideal que se refugiaran en el granero! –pensó–, estarán a salvo durante la noche mientras pasa la tormenta. Así que se dirigió al establo y abrió las puertas con la esperanza de que las aves entraran. Aun así, los gansos se limitaron a revolotear sin darse cuenta de que la salvación estaba a pocos metros de ellos. La chica intentó llamar la atención de las aves, pero solo consiguió asustarlas y que se alejaran más. Tomó pan y lo fue esparciendo formando un camino directo al establo, pero tampoco sirvió de nada.
Ante tal frustración, corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero, pero lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al lugar que les podría salvar la vida.
¿Por qué no me seguirán? –exclamó frustrada–, ¿es que no se dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevada?
Pensó por un momento y se dio cuenta de que las aves no la seguirían a ella. Si yo fuera uno de ellos, entonces sí que podría salvarlos –se dijo. Seguidamente, se le ocurrió una idea. Entró al establo, agarró un ganso de su propiedad y lo llevó abrazado, lo paseó entre sus semejantes y luego, lo soltó. Este voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Entonces, una por una, las otras aves lo siguieron hasta que todas estuvieron a salvo.
La chica se quedó en silencio por un momento, mientras las palabras que había pronunciado hacía un instante aún le resonaban en su mente: ”Si yo fuera una de ellos", ¡entonces sí que podría salvarlos!

Deseo que esta historia ilumine un poco más el sentido del nacimiento de Jesús y lo importante que es para los cristianos esta fiesta. Un ganso sin rumbo es un ganso que sufre. ¿Quién ilumina tus momentos de necesidad y tu vida?

Que tengas un buen día.

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