¡Buenos días!
No sé si recordarás que llevamos gran parte del curso hablando sobre lo que significa ser una persona Gabrielista. Hoy tocaría hablar sobre la última de sus características. Aunque antes, me gustaría hablar de una persona que posiblemente fue de las primeras en tener todas las cualidades Gabrielistas de las que vamos hablando. De hecho, para San Luis María, fue una persona muy importante e influyente en su vida. Tan importante era para él su modelo de vida que allá donde iba hablaba de ella. ¿Sabes de quién hablo? De María, la madre de Jesús.
Creo que el vídeo que hemos visto de Blondin habla perfectamente de María, la que conocía perfectamente quién era y cómo era Jesús. Tanto le conocía que no dudó de que cada promesa y palabra dicha por Jesús sería cumplida. Seguramente, ella más que nadie fue capaz de confiar en que Jesús no moriría en la cruz en vano, en que Jesús —una vez resucitado— tenía que marcharse para que los discípulos, y toda persona que quisiera, pudiera recibir el regalo del Espíritu Santo en su corazón. Imagino a María consolando a los discípulos y animándolos, contagiando su esperanza a los demás a pesar de su dolor como madre.
- Y tú ¿cómo imaginas que era María?
- ¿Hay algún Blondin en tu vida? ¿Alguien en quien confías plenamente?
San Luis María amaba mucho a María, seguramente por esta confianza al conocer tanto a Jesús como para saber que todo era de verdad, incluso ante la duda o el dolor. Seguramente, para nuestro P. de Montfort, María fue una luz en medio de las oscuridades que vivió en sus misiones y su vocación. San Luis María te invitaría a hablar con María, esa madre espiritual que quiere acompañarte y acercarte a su hijo Jesús. ¿Te gustaría conocerla? ¿Y si dedicas un momento a hablar con ella? ¿Qué le dirías?
Que tengas un buen día.
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