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INTUICIONES: Existir para alguien, el comienzo de la esperanza

¡Buenos días!
Hoy os traigo unos fragmentos de un texto sobre la esperanza que creo que nos pueden ayudar. Os invito a leerlos tranquilamente y a saborear y degustar su significado más profundo. Estas líneas no solo pretenden llegar a tu mente, también a tu corazón:
Pobre, radicalmente pobre, es quien ni siquiera existe para alguien; nadie aguarda su llegada ni él o ella esperan la llegada de nadie. El descartado, el marginado, el rechazado, el prescindible, el que pasa por la vida aparentemente sin dejar huella, el irrelevante, el insignificante en el conjunto social… es un inexistente. Y no hay brote de esperanza donde hay inexistencia, donde no se es mirado a los ojos. Si nadie me espera, nadie me echará en falta; si nadie me reconoce por mi nombre o por mi rostro, nadie notará mi ausencia ni mi sufrimiento.
El desesperanzado solo querría que alguien lo mirase de un modo que lo haga sentirse querido, porque con nuestro modo de mirar damos existencia, o no, a quien miramos. Pero cuando la esperanza del que mira es débil, no se puede amar, no se puede transmitir esperanza al otro. Por eso es tan importante construir dentro de nosotros una esperanza fuerte, aunque sea en medio de dudas y errores.
La esperanza –y, frecuentemente, la vida- de los desesperanzados depende, en gran parte, de la esperanza de quienes la tienen, porque la esperanza se contagia. Para que alguien pueda tener esperanza necesita ser esperado, existir para alguien, que alguien le llame, le hable, le mire, le abrace, le dedique tiempo, le escuche y haga algo por él o ella. La esperanza no está en el ruido, sino en el amor silencioso. Sin embargo, rompe su silencio, sin pensárselo, para unirse a la voz de los que no tienen voz y darles voz, denunciando con energía cualquier injusticia.
  • ¿Qué frase o frases te llaman más la atención?
  • ¿Qué opinas sobre este texto?

Muchas veces hemos hablado de la mirada, de la importancia y el poder que tiene tu mirada. A veces, una sola mirada puede salvar un corazón, puede dignificar a una persona, puede decirle "yo te veo", para mí no eres invisible. ¿Te animas a mirar así? Todo es cuestión de proponérselo y, poco a poco, educar tu mirada.

Que tengas un buen día.

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