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EMOCIONARIO: Amar bien


¡Buenos días!
Este pasado sábado celebramos el Día Internacional de la Mujer, una fecha clave para recordar el pasado, ser conscientes del presente y ver todo lo que debemos cambiar para crear un futuro donde la dignidad humana sea la misma para todas las personas. 
Por suerte (y aunque queda camino por recorrer) ya son muchos son los grandes momentos de la historia que se han rebelado contra la desigualdad de género. Hoy me gustaría prestarle atención a una que, posiblemente, ha pasado desapercibida y, en gran medida, ha marcado la cultura occidental. Para ello, necesito ir al pasado y poneros en contexto. Concretamente, os voy a contar brevemente cuál era la vida de la mujer judía en tiempos de Jesús. No podían salir a la calle sin cubrirse con velos, no podían estudiar ni participar en la vida pública. Su única función era servir a su marido y encargarse de la casa. En realidad, no tenían más derechos que los esclavos. Todo estaba pensado para que pasaran desapercibidas, sin voz ni voto en nada. Su testimonio no valía nada. Si una mujer veía un crimen, su palabra no tenía peso en un juicio. Se la consideraba mentirosa por naturaleza, así que su testimonio solo se aceptaba en casos muy concretos, igual que el de un esclavo o un extranjero. 
Sin embargo, vemos como Jesús rompe con todo esto. Se atrevió a hablar con mujeres en público, algo que estaba muy mal visto. No solo eso: las invitó a seguirlo, las trató con el mismo respeto que a los hombres y les dio un papel importante en su misión. Para él, no eran inferiores ni menos importantes, sino hijas de Dios con la misma dignidad.
Pero lo más increíble es lo que pasa en la resurrección. Jesús, que podía haber elegido a cualquiera para ser testigo de su victoria sobre la muerte, decide aparecerse primero a… ¡mujeres! Sí, a María Magdalena y a otras que lo habían seguido. Y no solo las deja verlo, sino que les da la misión de anunciarlo a los apóstoles.
  • ¿Cómo crees que se sintieron las mujeres de la época al ver que Jesús las trataba con respeto y dignidad?
  • Si hoy en día una mujer y un hombre tienen los mismos derechos legales, ¿por qué sigue siendo necesario un Día Internacional de la Mujer?
  • ¿Crees que tratas a todas las personas con la misma dignidad y respeto?

Dime algo: ¿cómo es posible que, en una sociedad donde el testimonio de una mujer no valía nada, Jesús les confiara una noticia tan importante como su resurrección? ¡Y no solo eso, sino que las envía a que lo digan! Así que si estamos hoy hablando de Él, también es gracias a esas mujeres y tantas otras que tuvieron el valor de transmitir ese mensaje. Al final, parece que en el Reino de Dios, del que habla Jesús, todas las personas tienen la misma dignidad, sin importar si son hombres o mujeres. ¿Y si todo trata sobre amar bien?

Que tengas un buen día.

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