"Lo siento profundamente. También entiendo la profunda decepción, pero creo que, como ustedes han notado, es vital que protejamos este acuerdo".
- ¿Por qué crees que ese perdón le afectó de tal manera?
- ¿Alguna vez has llorado de impotencia ante las injusticias climáticas?
- ¿Crees que deberíamos hacernos más sensibles a los sucesos que ocurren a nuestro alrededor?
El perdón de Sharma reflejó la frustración y el peso emocional del momento, ya que se había trabajado intensamente para lograr un acuerdo más ambicioso, que, al final, no surgió tal y como se esperaba. Sin embargo, disculparse, llorar o frustrarse por el cambio climático nos hace capaces de querer mejorar. Pedir perdón no es abandonar, sino reconocer que se pueden hacer mejor las cosas, reconocer que quieres cambiar, que sueñas con un mundo mejor. Y tú ¿por qué pides perdón? ¿Qué deseas mejorar para el bien del planeta?
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