¡Buenos días!
Este domingo, día 16, celebraremos el Día Internacional de la Tolerancia. Una palabra que escuchamos mucho, pero que a veces cuesta vivir de verdad. La tolerancia viene del latín tolerare, que significa “aceptar” o “respetar”. Pero no se trata solo de soportar al otro, sino de entender que cada persona es única y distinta y que esas diferencias hacen el mundo más rico y más bonito.
A veces, en clase o en casa, no pensamos igual que los demás. Discutimos, nos enfadamos o creemos que solo nosotros tenemos razón. Pero cuando escuchamos con respeto, sin burlas ni juicios, empezamos a ver a la otra persona con otros ojos, y eso cambia las cosas. Ser tolerantes ayuda a construir paz en lo pequeño de cada día.
- ¿Hasta qué punto aceptáis a quien no piensa como vosotros?
- ¿Os atrevéis a escuchar sin intentar imponer vuestra opinión?
- ¿Veis en la diferencia una oportunidad o una amenaza?
No sé si lo recordarás o lo tienes en mente, pero te recuerdo que Jesús acogió a todos con ternura, sin excluir a nadie: al extranjero, al enfermo, al que pensaba diferente. No pedía que fueran iguales, simplemente los miraba con amor, porque veía en cada uno el rostro de Dios. Ser tolerante, desde el Evangelio, no es solo respetar, es amar en la diferencia, construir paz donde podría haber distancia. Dime, ¿te atreves a mirar al otro con los ojos de Jesús? Quizá descubras que cuando eliges el respeto y el amor, el mundo se llena de luz y de paz.
Que tengas un buen día.

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