¡Buenos días!
A veces no nos damos cuenta, pero pasamos el día entero hablándonos por dentro. Y esa voz que nadie más escucha puede ser nuestra mejor aliada… o nuestra peor enemiga. Cuando te dices “no valgo”, “todo me sale mal”, “soy un desastre”, tu cuerpo se encoge, tu ánimo cae y tu corazón se lo cree, aunque no sea verdad. Es como si cada palabra que te diriges fuera una semilla: si siembras desprecio, crecerá la inseguridad; si siembras cuidado, crecerá la fuerza. ¿Sabes de qué hablo verdad?
- ¿Creéis que esta voz interior dice siempre la verdad sobre lo que somos?
- ¿Por qué creéis que somos tan haters con nosotros mismos?
- ¿Creéis que cambiaría nuestra vida si nos habláramos con más ternura?
Aprender a hablarte bien no es un acto de egoísmo, sino de verdad y uno de los mejores regalos que puedes hacerte. Educar tu subconsciente para amarte más es como intentar mirarte con los mismos ojos con los que Jesús te mira. ¿Cómo crees que sería esa mirada? Tal vez el primer paso para cambiar tu manera de hablarte sea atreverte a preguntar: ¿qué voz quiero que marque mi vida, la que me hunde… o la que me recuerda quién soy de verdad? Recuerda, las palabras tienen mucho poder aunque solo resuenen en tu cabeza, úsalas con cariño y si te equivocas, perdónate y vuelve a empezar. ¿Lo harás?
Que tengas un buen día.

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