- ¿Qué piensas cuando ves una persona viviendo en la calle? ¿Crees que es justa esa definición o ese pensamiento?
A veces pasamos junto a personas que no tienen casa, que duermen en la calle o que viven con lo justo, y hacemos como si no las viéramos. No porque no nos importe, sino porque mirar de frente esta realidad cuesta, sobre todo por la cantidad de prejuicios que tenemos. Pero sabes de sobra que la pobreza no desaparece cuando nos damos la vuelta; desaparece cuando alguien se atreve a acercarse. ¿Te has quedado con el consejo del chico más joven? "Cuando veáis a alguien en la calle, decidle: ¡Ey, que tengas un buen día!". La mayor pobreza no es solamente estar en la calle, sino estarlo mientras te vuelves invisible para el resto de la humanidad. Jesús nunca pasó de largo: vio, se detuvo, habló, tocó, compartió. Y fíjate, no les dio dinero, ni los sacó de su pobreza, pero con sus gestos les decía: “Tu vida me importa”. Ahora dime, ¿qué harás la próxima vez que te cruces con alguien que necesita un techo, un plato caliente o simplemente ser mirado como persona? De ti depende. 😉
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