¡Buenos días!
Iniciamos el día con un poco de ritmillo, con una canción de Farruko, un cantante puertorriqueño que comenzó su carrera en el mundo del reguetón y la música urbana, aunque no como cantante cristiano. Se hizo famoso con temas de reguetón, trap latino y reguetón romántico. Durante años, sus letras giraban en torno a la fiesta, el dinero, la fama o el deseo hasta que, en 2022, tuvo una profunda conversión espiritual que marcó un antes y un después en su vida personal y artística. Tal fue el cambio que, durante un concierto en Miami, pidió perdón públicamente por algunas letras de sus canciones más conocidas (como "Pepas"), reconociendo que no llevaban un mensaje positivo a la sociedad. A partir de ahí, empezó a hablar abiertamente de su fe cristiana y de su deseo de transmitir mensajes más espirituales y humanos en su música. Hoy especialmente has escuchado una que habla de esa esperanza grabada en el corazón de la que te hablaba el martes. Un resumen de esta esperanza se encuentra en estos versos sobre los que gira la canción:
Donde quiera que vaya,
sé que no estoy solo en esta batalla.
Asi que yo no tiro la toalla.
Porque estoy seguro
(de) que Dios nunca falla.
Seguramente este cambio de rumbo le habrá costado grandes críticas y sacrificios; sin embargo, algo muy especial ha descubierto como para que merezca la pena plantarle cara a todas esas pullitas y permanecer firme. Farruko ha descubierto una esperanza que va más allá de la fama, el dinero y el bienestar. Ha descubierto una esperanza que, como dice él, nunca falla. Dime, ¿te gustaría experimentar esta esperanza? Si lo deseas, puedes convertir en oración los versos de antes, repitiéndolos y haciéndolos tuyos.
Que tengas un buen día.
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