Ir al contenido principal

¡A PENSAR!: Decir “creo”


Decir “creo”
Decir “creo” es decir arriesgo, confío, elijo, busco. Es decir, también, dudo, y espero, y salto al vacío. Es decir que mucho de lo que veo alrededor cobra más sentido si acepto que hay Dios. Decir “creo” es decir acojo, recibo y acepto. Y callar a menudo por todo lo que no comprendo. Es aceptar que el Universo, el tiempo, el espacio, en su finitud, me invita a pensar en lo Infinito que lo envuelve, y que es Dios. Es vislumbrar que ese Dios no es infinita distancia, sino radical cercanía, que es presencia, y es amor, y es principio y fin.
Pero decir “creo” no es solo creer en Dios, sino también en el ser humano. Creer en nuestra capacidad de crear, de avanzar, de amar, de encontrarnos, de ser genios, de ser frágiles y poderosos. Decir “creo” es elegir el arduo camino de intentar comprender –aunque nunca lleguemos demasiado lejos en esa búsqueda–. Decir “creo” es decir amo, y sueño, y sufro, y me comprometo con aquello en lo que creo –porque si no, ¿qué fe sería esa?–. Decir “creo” es decir que no soy el centro del mundo, ni siquiera de mi mundo.
Adap. José María Rodríguez Olaizola, sj


Comentarios