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JUEVES SANTO: El amor puesto a prueba

La última Cena. Por la mañana del jueves, Pedro y Juan se adelantan para preparar la cena en Jerusalén. A la tarde, llegan al Cenáculo. Allí, Jesús lava los pies uno a uno. Luego, sentados a la mesa, celebra la primera Misa: les da a comer su Cuerpo y su Sangre y ordena sacerdotes a los Apóstoles para que, en adelante, ellos celebren la Misa. Judas sale del Cenáculo antes, para entregarle. Jesús se despide de su Madre y se va al Huerto de los Olivos. Allí suda sangre, viendo lo que le espera. Los discípulos se duermen. Llega Judas, con todos los de la sinagoga, y le da un beso. Entonces, le cogen preso y todos los Apóstoles huyen. Lo llevan al Palacio de Caifás, el Sumo Sacerdote. Le interrogan durante toda la noche: no duerme nada.
AMAR es el verbo más conjugado de la historia. El hombre está sediento de amor. Cuando lo encuentra y cuando lo da, es feliz. Pero amar como Jesús, con su medida y con su finalidad, no es fácil. Amar como Él amó supone negarse, olvidarse, vencerse. Amar como amó Jesús supone considerar de verdad a los hombres, a todos los hombres, como hermanos y estar dispuesto a compartir con ellos la herencia, toda la herencia. No, no es fácil amar así. Y por eso no lo hacemos. No lo hacen los hombres en general y no lo hacemos, evidentemente, los cristianos. Por eso, fácilmente, el Jueves Santo no lo entendemos.
¿Cómo amas tú? ¿Has amado alguna vez incondicionalmente?

Jesus prays alone https://youtu.be/hYqNyNZDjz8

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