Bigote de tigre
Una mujer, Yun Ok, visitó a un ermitaño que elaboraba brebajes mágicos.
-Mi marido ha estado tres años en la guerra. Ahora no me habla, ni a mí ni a nadie, y si lo hace es con aspereza. Mi comida ya no le gusta. Quiero que vuelva ser afectuoso y amable.
-Necesito un ingrediente: un pelo del bigote de un tigre vivo.
Por la noche, la mujer salió de casa con un plato de salsa de carne. Fue a la montaña, donde sabía que vivía un tigre. Manteniéndose alejada, extendió el bol de comida y llamó al tigre, pero no acudió.
Cada noche, poco a poco, se iba situando más cerca. Una noche, se acercó a pocos pasos del tigre, que también dio algunos pasos hacia ella. Entonces, le habló con una voz suave. La noche siguiente, el tigre comió los alimentos. Al día siguiente, se encontró con que el tigre la esperaba y, además, se dejaba acariciar. Seis meses después, le dijo:
-Necesito un pelo de tus bigotes.
Le arrancó uno y el tigre no se enfadó. Yun Ok volvió a visitar al ermitaño.
-¡Ya tengo el pelo del bigote del tigre! Ahora haz lo que tengas que hacer para que mi marido vuelva a ser afectuoso.
El ermitaño cogió el pelo y lo dejó caer al fuego.
-¡¿Qué has hecho?!
-¿Cómo lo has conseguido? –preguntó el ermitaño.
-Iba cada noche a la montaña con un bol de comida. Al principio, me mantenía lejos, pero cada día me acercaba un poco más y me iba ganando su confianza. Le hablaba pacientemente con voz afectuosa. Nunca le hablé con aspereza. Nunca le recriminé nada. Finalmente, ya me esperaba. Y entonces, pude arrancarle el pelo del bigote.
-Sí, -dijo el ermitaño- te ganaste su confianza y su amor.
-Pero tú has echado el bigote al fuego... ¡No ha servido de nada!
-No. Ahora ya no hace falta el bigote.
Yun Ok se quedó en silencio. Después, regresó a su casa reflexionando sobre lo que había aprendido.
Nos preguntamos: ¿Cuál es “el secreto” del ermitaño? ¿Este secreto es aplicable a las personas de mi entorno? ¿Cómo y con quién podemos empezar a hacer este camino?
Todos tenemos cerca algún “tigre” que nos espera y que provoca que trabajemos nuestra ternura, nuestra paciencia, nuestra confianza... Si no nos gusta lo que estamos recibiendo, hemos de revisar lo que estamos dando. “Todo el amor que pacientemente sembramos, tarde o temprano, florecerá” (Raoul Follereau).
SAN GABRIEL MADRID . Me gustaría que todo el mundo sea como esta mujer
ResponderEliminarSan Gabriel Sergio esta reflexión nos ayuda a recapacitar por si tu haces una cosa que a la otra no le gusta pues te tienes que ganar su confianza para llegar los dos a un acuerdo
ResponderEliminarQue con la confianza todo se consigue.
ResponderEliminarMe ha parecido muy bonita porque se va ganando la confianza del tigre y al final después de tanto tiempo se hacen amigos
ResponderEliminarAmi me gustaria hacer lo mismo que ha echo esta chica con el trigre , para ganarme la confinaza de otra persona tandole mucho cariño .
ResponderEliminarLa reflexión está bastante bien.
ResponderEliminarSi todas las personas ponemos un poquito de nuestra parte como hace la chica, tendremos más amistades y más de amor en nuestra vida. Nerea, 1ESO, Colegio San Gabriel, Aranda de Duero.
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