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hORAcine: Kuvulandi


No es la palabra más de moda, precisamente. Sacrificio, sacrificar, nos remite a perder, a fracasar, a tener que dejar algo que nos gusta.  Es la paradoja de perder para ganar, de sacrificar por creer. A veces nos sucede que tenemos algo muy claro, y que nada nos detiene. Un proyecto, un ideal, una vocación. Contra viento y marea somos capaces de seguir adelante. Animados no en el aplauso o el reconocimiento sino en sabernos haciendo lo que tenemos que hacer. No sabríamos explicarlo más que como una luz que nos da la certeza de que estamos en el camino correcto.
La fuerza que recibimos de vivir según las propias opciones da un sentido profundo a lo que hacemos y vivimos que relativiza lo que nos pueda suceder. No anestesiándonos, sino estimulándonos a seguir, a creer en aquello por lo que nos entregamos, a mantener el rumbo hacia nuestra auténtica felicidad.

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