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Intuiciones: Descansar


Durante el curso nos instalamos, con mayor o menor disposición, en la vivencia de lo cotidiano; por contraste, el tiempo de verano puede traer variación, novedad, alternativas, oportunidades de hacer cosas distintas, visitar lugares menos habituales, encontrar a personas nuevas…Pero lo cierto es que el cambio de actividad, de rutinas, de ritmos y tal vez incluso de preocupaciones nos brinda una oportunidad grande. El estudiante, por unas semanas, aparca los libros. Los horarios se suavizan. El profesor descansa de sus alumnos (y viceversa). Y al abrirse a espacios nuevos surge la posibilidad de recuperar la atención por las  cosas que normalmente están arrinconadas por la prisa, la urgencia o la tarea.

En este contexto, le pido a Dios que me ayude, en mi verano, a dejarme cautivar por las cosas importantes. Que me deje dedicar tiempos de calidad a los míos. Que me acompañe la risa profunda, y el descanso verdaderamente lo sea. Le pido a Dios que venga conmigo en este tiempo, como compañero, amigo, guía… también en el descanso.

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