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RELATOS: Perseverar

Un hombre tenia dos perros de caza en su patio. Una tarde, un pequeño bulldog llegó resoplando por el callejón y vio a aquellos grandes perros de caza. El pequeño perro resopló y pasó por debajo de la valla, ¡y comenzó la pelea! Hubo gañidos, ladridos, aullidos, mordiscos y arañazos y al final el pequeño bulldog regresó con una grave paliza. Al día siguiente se tumbó al sol, permitiendo que sus heridas de guerra se curasen. Pero la tarde siguiente, a la misma hora, llegó resoplando por el callejón, arañando la tierra mientras miraba desafiante. Se deslizó de nuevo por debajo de la valla y cargó contra aquellos dos grandes perros, y una vez más, se entabló la feroz pelea, y una vez más el pequeño bulldog salió golpeado. Día tras día, por la mañana, él se tumbaba al sol para que sus heridas se curasen, y en la tarde regresaba, arañando la tierra, decidido a ganar la pelea.
Para el quinto día, los dos perros grandes le vieron llegar por el callejón, y ambos corrieron hacia el sótano de la casa de su dueño, gimoteando, para ocultarse del triunfante pequeño bulldog que sencillamente no se rendía. Su paciencia soportó el problema. Él no era el más grande, no era el mejor, pero fue el ganador porque sencillamente se negó a abandonar.  W.A.Criswell

La palabra griega para perseverar es “huponomo”, que significa “tener fortaleza y soportar”. La perseverancia es el camino menos transitado, pero es el camino que conduce al logro. Debemos aprender a soportar los vientos de la adversidad porqué ellos nos llevaran al éxito.
Así que no debemos cansarnos de hacer el bien, porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos. Ga 6, 9



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