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PERSONAS: Pedro Pantoja

Más de 25.000 desapariciones forzadas y más de 100.000 violentas. Así, en frío, estos son los números que arrastra México desde el inicio de la llamada 'guerra contra el narco' que, en 2006, inauguró el expresidente Felipe Calderón. Es, según Human Rights Watch, la crisis humanitaria más grave de América Latina. Los y las más débiles son las principales víctimas de la violencia y, en especial, los migrantes en tránsito hacia los Estados Unidos. El padre Pedro Pantoja es miembro de la "Casa del Migrante", un albergue que ha acogido a más de 50.000 personas y que ofrece techo, servicio sanitario, jurídico y atención psicológica y humanitaria. Pantoja ha denunciado activamente la implicación de las autoridades en el negocio del secuestro de inmigrantes, lo que le ha valido ser amenazado de muerte. El Instituto for Policiy Studies (Washington) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) han reconocido la lucha del sacerdote en la defensa de los Derechos Humanos.

Pedro es un vivo ejemplo de compromiso por la justicia social y, aun asumiendo que pueda perder la vida por ello, no renuncia a defender los derechos de las personas. Sus palabras se convierten en actos a través del albergue “Posada Belén” en Saltillo, de la red Casas del Migrante (66 casas repartidas por todo México). “Belén” admitía a los indocumentados hasta por tres días como la mayoría de los albergues. Pero cambió por completo su perfil: ya no sería más una casa de acogida y reparación temporal, sino el experimento de “un modelo alternativo de sociedad”, como lo llama Pedro Pantoja.
“El objetivo es que pasemos de la victimización a un grado nuevo de subjetividad social, de manera que, si llegaron como víctimas, salgan como actores, como protagonistas”, dice.

Hoy se celebra el Día Mundial de la Justicia Social
El mundo ha cambiado radicalmente. Ya no vivimos en un mundo deshabitado, con relativamente pocos seres humanos con sus utensilios. Ahora vivimos en la «era del Antropoceno», en un mundo de abundancia; en una era en la que la actividad humana está alterando drásticamente sus sistemas ecológicos de subsistencia. Nuestros conceptos y modelos económicos tradicionales fueron desarrollados en un mundo «vacío». Si queremos crear una prosperidad sostenible, si buscamos «mejorar el bienestar humano y la equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y la escasez ecológica», vamos a necesitar una nueva visión de la economía y su relación con el resto del mundo, una visión que se adapte mejor a las nuevas condiciones a las que nos enfrentamos. La celebración del Día Mundial de la Justicia Social busca apoyar la labor de la comunidad internacional encaminada a erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y el trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social y la justicia social para todos.


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