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RELATOS: Ser espectador o mojarse

Llegaban al final de la cena. Habían permanecido todo el rato en silencio, pero en ese momento el sabio dijo a su joven seguidor:
- ¿Te das cuenta de la cantidad de cosas que observamos? La televisión nos pone delante cantidad de miserias: crisis, corrupción, guerras, hambre, catástrofesNos indignamos. Sí, pero hemos de ser sinceros no pasamos de una indignación temporal. Al poco rato nos olvidamos de todo. Corremos el riesgo de convertirnos en espectadores de la vida.
Empezó a recoger los platos y añadió:
- Sin embargo, si en este momento llamaran a la puerta para desahuciarnos y no tuviéramos donde dormir, nada para comer…, o veríamos todo de manera muy distinta. Pasaríamos de espectadores a implicados.
Miró a los ojos del joven seguidor y dijo:
- Sin embargo, hay personas, que sin estar desahuciadas, dejan de ser espectadoras y se comprometen, se implican. Teresa de Calcuta, Vicente Ferrer, Casaldáliga, Viqui Molins, el Hno. Adriano, el Pare Manely tantas personas anónimas, que no sólo se indignan, sino que se han implicado en sus vidas. Esos son los verdaderos cristianosaunque no conozcan a Jesús. 
Y se fueron a lavar los platos.


Significa dar nuestro tiempo, nuestra energía, abandonar el área de confort que supone dejarnos dirigir y vivir pasivamente bajo un concepto de democracia que nos han inventado y que hemos creído aceptar y vivir plenamente; es el momento de implicarse, de participar, de reconstruir nuevamente el viejo y cansado concepto de democracia para unirlo a participación, autodeterminación, crecimiento, evolución, solidaridad, bienestar, justicia social, derechos sociales, etc.

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