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WITHIN me: El río

Siéntate cómodamente, procura que los pies toquen el suelo, y ponlos en forma paralela: pon también las palmas de las manos sobre los muslos. Puedes cerrar los ojos. A partir de este momento, céntrate en tu respiración, pero no la cambies, simplemente analízala. Observa tu respiración y mantenla… date cuenta de que tomar aire no te exige trabajo… date cuenta de que tomas aire y te relajas.
Ahora imagina que la vida es un río. La mayoría de la gente no se aleja de la orilla, temerosa de soltarse y arriesgarse a ser arrastrada por la corriente. En un determinado momento, todos debemos estar dispuestos a soltarnos, confiando en que el río nos lleve sanos y salvos. Si es así, es porque hemos aprendido a «dejarnos llevar por la corriente», y esa sensación es maravillosa. En cuanto nos acostumbramos al fluir de la corriente, podemos mirar hacia delante y marcarnos nuestro propio curso, sorteando los obstáculos, adentrándonos por los canales y brazos del río que prefiramos, sin por ello dejar de «ir con la corriente». Tu decides si quieres mojarte o no, si quieres adentrarte en las aguas de la vida y sortear los obstáculos o quedarte al margen (instantes de silencio). Vuelve a centrarte en tu respiración y, poco a poco, recupera tu instante presente. Abre los ojos y comparte, si quieres, tu decisión. 


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