Hoy seguimos con otros dos valores gabrielistas, que son puntos de referencia en nuestros colegios.
Espíritu Alegre y Optimista
La alegría y el optimismo favorecen la confianza en los demás y en las propias posibilidades de crecimiento. Cuando estos valores se activan, se propicia un ambiente positivo en el que fluyen fácilmente ideas, proyectos, emociones y que favorece el desarrollo de la creatividad, la cooperación, la espontaneidad… El evangelio nos dice: Alegraos siempre en el Señor. Os lo repito: ¡Alegraos! Que todos os conozcan como personas bondadosas. El Señor está cerca. Filipenses 4, 4-5.
Espíritu de Familia
El espíritu de familia se vive en las relaciones de confianza mutua, donde es posible, a través de los demás, llegar a ser uno mismo. Este valor nos lleva a acoger cálidamente a todas las personas sin distinción alguna y a mantener, con todos, una relación cercana y confiada que nos lleva a conocer gustos, carácter, medio familiar, alegrías y dificultades de cada uno.
¡Qué coincidencia! En los dos, aparece la palabra espíritu. Y ese espíritu actúa en nosotros y a través de nosotros. En el momento en que alguien cae y es capaz de levantarse. Siempre que el perdón tiene la última palabra. Se deja ver si callan las palabras y hablan los abrazos. Sonríe cuando dejamos marchar el rencor y las heridas viejas. Es el amor que da sin exigir nada a cambio.
Comentarios
Publicar un comentario
Comparte tu opinión de manera responsable y evita el anonimato: Escribe tu nombre, el curso y tu cole gabrielista. Muchas gracias.