Lo que te hace autentico no es tu aspecto físico, ni el lugar en donde vives, ni lo que posees... Es algo que siempre viaja contigo: el sentir de tu corazón. Anónimo.
Hasta que no hayamos descubierto el ser maravilloso que somos cada uno de nosotros, no estaremos dispuestos a abrirnos. La apertura y aceptación de los demás comienza primero en nuestro interior. Quienes mantengan su corazón encerrado o acorazado, sospechando siempre de todos y buscando siempre razones para levantar muros, difícilmente puedan hallar el maravilloso tesoro que hay en ellos.
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