En este corto se nos muestra cómo es posible quedarnos aferrados a un pasado marcado por el dolor, la culpa y la falta de respuestas. Un pasado que nos puede arrastrar a la depresión, a la falta de ánimos por vivir. Es un vídeo que nos recuerda lo que sucede cuando somos incapaces de sanar aquello que ha dejado una marca profunda en nuestro corazón; cuando las preguntas emergen a borbotones y cuando los fantasmas de lo que hemos vivido tocan a nuestra puerta. Es un cortometraje que nos recuerda que es posible vivir angustiados por algo, lo que sea que hayamos hecho, y cómo esta angustia se transforma en pérdida de sentido. Frente a todo esto, ese Dios amoroso nos ofrece una posibilidad. Frente a aquello que queremos ocultar por miedo, vergüenza o malestar hay alguien que nos muestra que es posible reconciliar la vida.
Y, a veces, todo es tan sencillo como escuchar el viento que sopla por nosotros y extender con fuerza las alas.
Comentarios
Publicar un comentario
Comparte tu opinión de manera responsable y evita el anonimato: Escribe tu nombre, el curso y tu cole gabrielista. Muchas gracias.