Los disfrazados
El disfraz tiene algo de protección. Convierte la vida en un muro. Una barrera. Una fachada que yo adorno como quiero. Por un rato puedo ser príncipe o pirata, monstruo o ángel, puedo ser cualquier personaje. También a veces en la vida me puedo poner máscaras. Para evitar conflictos. Para no tener que dar explicaciones. Para dar una imagen… No es con malicia, tal vez es comodidad. Y camuflo el miedo de enfado. La inseguridad de ironía. La pereza de indiferencia. O me pongo una capa de compromiso, un sombrero de fe, una túnica de buen rollo y una máscara de perfección… sin estar muy seguro de cuánto de eso es real. Dame, Señor, lucidez para no confundir el disfraz con la vida… @pastoralsj
Las máscaras ocultan la verdadera belleza, la que proviene del interior. La que hace a cada ser único y especial. Si se tienen que usar, igual no se está manteniendo contacto con la persona adecuada.
ResponderEliminarDebemos evitar disfrazarnos en nuestro día a día, ya que cada uno es como es, y debemos aceptarnos a nosotros mismos y a los demás. Tampoco tenemos que protegernos y cerrarnos para no actuar, por miedo o por vergüenza, cuando es necesario hacer algo y los demás necesitan nuestra ayuda. Los disfraces, para Carnaval.
ResponderEliminarCada uno es como es y por eso no hay que taparse con una mascara
ResponderEliminarLas máscaras ocultan nuestras emociones, nos ocultan del exterior y ocultan nuestra cara.
ResponderEliminarAlejandro Vázquez 2°B Bachillerato - Colegio San Gabriel (Madrid)
A mi parecer, tratar de ser alguien que no eres no lleva a ningún lado. Creo que uno termina creándose más conflictos internos cuando trata de aparentar algo que no es. Terminas por creerte unos valores que no son los tuyos, con el consiguiente de 'traicionarte a ti mismo'.
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