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¡A PENSAR!: 3,2,1, off we go! Roll

3,2,1, off we go! Roll
Cuando era pequeña vivía la Cuaresma con mucha intensidad. En mi familia, un elemento imprescindible del Jueves Santo era la película de después de comer, justo antes de ir a los Oficios. “La Pasión” de Mel Gibson, por supuesto. La crudeza de las escenas conseguía crear el ambiente idóneo para ponerse en situación. Casi podía sentir, desde la comodidad de mi sofá, los latigazos que veía en la pantalla. Recuerdo incluso haber soltado alguna lagrimita llena de tristeza e indignación después de la tercera negación de Pedro. ¿Cómo podía atreverse a negarle? Me parecía inconcebible que, un domingo, Jesús fuera recibido con palmas y vítores, y tan solo cinco días después, estuviera clavado en una cruz. «Si yo hubiera estado ahí, no le hubiese traicionado», me decía. Y con una mezcla de rabia, aflicción, amargura y pesar, deseaba que transcurriera el tiempo lo más rápido posible hasta la Vigilia Pascual. Menos mal que la historia tenía final feliz y todos aprendían su lección. La moraleja parecía acertada. Cuando uno se hace mayor parece ir descubriendo que sí, que aquello que pasó cuando todavía no existían internet ni los móviles, tiene mucho de actual. Porque también en nosotros se dan contradicciones e incoherencias: Domingos de Ramos que se tornan rápidamente en Viernes Santos. Largos caminos hacia el Gólgota con horizontes no demasiado esperanzadores que van acompañados de dolor y mucha soledad. Algunas veces nos sentimos traicionados, negados... y otras veces somos nosotros los que ignoramos y decimos “no” al prójimo. Muchos sepulcros vacíos, desiertos interiores, incomprensión…
Adap. Isabel Ferrando @pastoralsj
¿Qué sentido tiene recordar esta historia, dos mil años después, en una sociedad que nada tiene que ver ya con la de entonces?

Comentarios

  1. Doncs jo crec que té sentit recordar aquesta historia per veure que qui s'equivoca o fa les coses malament hi haurà una recompensa mala per aquella persona. Si, pots fer el que penses, pero sense ferir a ningú.

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