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RELATOS: Compartir mi luz

Compartir mi luz
Hu-Song, filosofo de China, contó a sus discípulos la siguiente historia.
Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo y uno de ellos logró encender una pequeña vela. Pero la luz que daba era tan escasa que aun así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendieran su propia vela y así, compartiendo la llama con todos, la caverna se iluminó.
Uno de los discípulos preguntó a Hu-Song:
– ¿Qué nos enseña este relato, maestro?
Y Hu-Song contestó:
– Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también nos dice que el compartir nuestra luz no la desvanece, sino que, por el contrario, la hace crecer. El compartir nos enriquece en lugar de hacernos más pobres. Los momentos más felices son aquellos en que hemos podido compartir.

Que Dios nos dé siempre la luz para iluminar a todos los que pasen por nuestro lado. La verdadera amistad es flor que se siembra con honestidad, se riega con afecto y crece a la luz de la comprensión. De igual modo, si iluminas tu corazón con amor, puede que ilumines a otro corazón, así se puede llegar iluminar a miles de corazones con amor.

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