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Intuiciones: Dejar de ser una mitad de nada



El tiempo es el que es, ¡y tenemos tanto que hacer! Y, claro, al final, queriendo estar en todo, no estás en nada. No al menos como se debe estar: poniendo el corazón y los sentidos en el momento. Vamos por ahí siendo mitades de nada, cumpliendo para que nada nos quede como tarea pendiente, albergando una frustración interior que desemboca en ansiedad, culpabilidad y tristeza. Y eso que sé que esa otra mitad está dentro de mí, pero ahí sigo, incompleta, hecha de trocitos de mí, y ninguno de ellos hace que me dibuje en mi plenitud. Quiero poder detectar lo urgente en el listado de los «tengo que»; quiero poder diferenciar los «tengo que» de los «puedo», y los «puedo» de los «quiero». Pero, sobre todo, quiero conjugar los «quiero» míos con los «que quieren los demás de mí, o los que quiere el Señor de mí». Y una vez haya discernido, quiero poder tener la capacidad de estar. Hacerme presente en cuerpo y alma en el momento que toque, con la persona que toque, dando de mí todo lo que soy. @pastoralsj


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