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Servir: Contagia alegría

Para que se desencadene una emoción es necesario un estímulo concreto y su aparición se ve favorecida por determinadas circunstancias. No es solo la persona la que se emociona en y para sí misma; también el grupo lo hace y, sobre todo, la persona en función del grupo, y aquí suele aparecer el efecto contagio, difícil de evitar.
Hoy os propongo una actividad relacionada con el aprendizaje servicio en la cual el beneficio lo reciben todas las personas de nuestro entorno. Recuperamos la idea de grabar vídeos enviando mensajes de ánimo y de alegría a todas las personas de nuestro entorno familiar y entre nuestros amigos. Pero no dejéis que se quede solo en una idea. Hagámoslo posible.
La situación que estamos viviendo no favorece el optimismo y el buen humor. Abuelos, padres e hijos, todos nos vemos envueltos en las consecuencias que conlleva la COVID y esto, en muchos momentos, desanima.  
Así pues, lancémonos a compartir mensajes de optimismo y contagiemos con nuestra alegría al máximo posible de personas.  

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