En la Biblia, el relato de la creación es central para reflexionar sobre la relación entre el ser humano y las demás criaturas. La sabiduría de los relatos bíblicos nos advierte de la necesidad de vivir en armonía con todos los seres del planeta y de la necesidad de prestar atención al destino del mundo y de la naturaleza. Estas narraciones sugieren que la existencia humana se basa en tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra. Por ello tenemos la responsabilidad moral de protegerla y optar un un estilo de vida basado en el desarrollo sostenible.
Debemos apostar por una sana relación con los demás seres vivos, comprender que no somos seres que estemos por encima de los demás, actuar en pro de una justicia social que dignifique a la persona humana y generar relaciones humanas incluyentes en favor de los menos favorecidos.
"Sabemos que hasta ahora la creación se queja y sufre como una mujer con dolores de parto" (Rm 8, 22). Y no nos olvidemos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura. Laudato Si', 2.
Varios estamos de acuerdo en que mejorar la tierra esta muy muy bien, pero todas las reflexiones son muy repetitivas y nos estamos aburriendo y desearíamos que las cambiaseis por otras cosas mas interesantes.
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