Hay un proverbio africano que dice: «Para educar un niño hace falta la tribu entera». Pero, ¿quién forma parte de esta tribu?. En primer lugar está la familia. Por ello, lo primero y más importante es que las familias tengan tiempo para «ser familias». ¿Cómo se consigue esto? Compartiendo todos los miembros de la familia, la importancia de la vida familiar; amándose y respetándose, dialogando ante los problemas y las diferencias, buscando siempre el bien del otro antes que el propio; etc., Y no nos olvidemos del tiempo en familia, que a veces es escaso. Para explicarnos las cosas que nos pasan, para reír y también para llorar, para abrazarse y para enfadarse, que al final todo es aprendizaje de vida.
De los otros miembros de "la tribu" hablaremos otro día.
El valor de la familia nace y se desarrolla cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad y alegría el papel que le ha tocado desempeñar en la familia. Por ello depende también de ti, de quien eres y cómo te muestras. La unión familiar no se plasma en una fotografía, se va tejiendo cada día con pequeños detalles de cariño y atención, sólo así demostramos un auténtico interés por cada una de las personas que viven con nosotros.
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