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WITHIN me: Nubes que vienen y se van


Sin darte cuenta, cada día pasan por tu mente miles de pensamientos. Son pensamientos de todo tipo. Algunos de ellos recuerdan algún evento del pasado, algunos miran de resolver algún problema del futuro, otros juzgan -ya sea de forma positiva o negativa- alguna situación o persona. Todo ello son pensamientos. Como tu misión va a ser tener la atención centrada en la respiración, cuando te venga un pensamiento, lo verás. En este momento, intenta lo agárrate ni luchar contra él. Simplemente, de forma cuidadosa y amable, deja que se vaya y vuelve de nuevo tu atención a la respiración. Así una y otra vez.
Nubes que vienen y se van. Pensamientos que vienen y se van, vienen y se van.
Cuando estés listo, siéntate cómodamente, con la espalda recta, los hombros relajados, las manos descansando en tu regazo o rodillas…y haz una respiración profunda, inspira por la nariz, y espira por la boca.
Mientras te relajas vas cerrando los ojos lentamente. Sintiendo el peso del cuerpo. Observa los sonidos a tu alrededor…y observa si tu cuerpo se siente ágil o cansado
Empieza a sentir el movimiento de la respiración en tu cuerpo. Observa con curiosidad en qué parte del cuerpo la sientes mejor. Tal vez en la nariz, en el vientre o tal vez en el pecho.
Y observa cómo es tu respiración. Larga o corta, grande o pequeña. Permite que tu atención descanse en este movimiento de la respiración. Cuando venga un pensamiento, obsérvalo como si fuera una nube en el cielo. Un pensamiento que viene, un pensamiento se va. Permite que exista, que se acerque, y con amabilidad, con suavidad, permite que se aleje y desaparezca. Y vuelve de nuevo tu atención a la respiración. Sin forzar, con naturalidad. Y quédate aquí, muy quieto, unos segundos más…
Ahora vuelve la atención de nuevo al cuerpo, la sensación de contacto con el suelo, los sonidos que puedas escuchar desde la habitación o donde estés, tal vez puedas notar algunos olores, y poco a poco, ves abriendo los ojos.
Dedica un momento a observar cómo te notas. ¿Estás igual que hace diez minutos? No se trata de juzgar, si no de darte cuenta. Recuerda que en este ejercicio no importa cuantas nubes haya en el cielo, de que tamaño son o de qué color son. Lo que nos interesa es ver cómo nos relacionamos con las nubes, como nos relacionamos con los pensamientos.

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