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WITHIN me: Paz interior



Música fondo: 
https://youtu.be/ZvHOaee2fjw

Comienza ajustando tu posición al estar sentado. Coloca ambas manos sobre las rodillas cómodamente, con la cabeza y la espalda erguidas. Si te sientas en el suelo, siéntate con las piernas cruzadas. Pon la mano derecha encima de la izquierda, con las palmas hacia arriba. El dedo índice derecho debe tocar suavemente tu pulgar izquierdo. Esta posición se llama Posición de Paz o postura para la Meditación. Cierra suavemente los ojos con comodidad, como si fueras a dormir. No uses fuerza. Ciérralos ligeramente. No aprietes tus párpados al cerrarlos. Sonríe ligeramente.

A continuación, respira profundamente. Inhala y exhala varias veces. Respira lentamente. Siente el paso de aire a través de tus pulmones y siente como llega a la mitad de tu abdomen. Imagina que cada célula de tu cuerpo está teniendo plenamente un sentimiento de felicidad y alegría. Suelta el aire lentamente por la nariz. Exhala todas tus preocupaciones, el estrés, la tensión y los sentimientos negativos. Tómate un momento para dejar de lado todas las responsabilidades relacionadas con el trabajo, los seres queridos, la familia, el estudio y todo lo demás.

 Deja que tu mente esté alegre, relajada y libre de toda preocupación. Respira con normalidad. Relaja todos los músculos de tu cuerpo. Comienza desde la parte superior de tu cabeza hasta la frente. Relaja los músculos de la cara, los párpados, el cuello y los músculos de los hombros, los brazos y hasta las puntas de los dedos. Relaja los músculos de la espalda, el pecho, las piernas y todo hasta la punta de los dedos del pie. Deje que cada parte de tu cuerpo se relaje. No permitas que ninguna parte de tu cuerpo se contraiga, apriete o tense.

Continua relajándote hasta que sientas que cada parte de tu cuerpo, cada célula, está completamente relajada. Ahora te encuentras en un estado de completa relajación en donde se puede sentir un vacío, transparencia y ligereza. Ahora, tu mente se encuentra en un estado de alegría, es clara, pura y brillante. Suelta y deja ir. Vacía tu mente.

Haz que tu mente esté clara, pura y libre de pensamientos. Imagínate que estás sentado, solo, en un vasto espacio abierto. El espacio está lleno de libertad y tranquilidad. Te sientes como si nunca hubieras tenido ningún apego en tu vida, ningún problema y no conocieras a nadie.  Sigue observando y simplemente relájate. No pienses en nada. Esto es lo único que debes hacer.

Nos dicen los expertos en meditación, que si podemos experimentar en nosotros mismos los profundos cambios que produce la meditación, todo a nuestro alrededor comenzará a cambiar, creando una cadena de intenciones positivas que llegará a muchas personas.

“Si no tenemos paz en el mundo, es porque hemos olvidado que nos pertenecemos el uno al otro, que ese hombre, esa mujer, esa criatura, es mi hermano o mi hermana”. Madre Teresa de Calcuta.


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