Ir al contenido principal

A contraluz: Pascua: Ser luz para los otros

La luz alumbra, nos deja ver lo que tenemos delante, lo que tenemos detrás y nos permite elegir en el camino por donde ir. La luz nos muestra el rostro del otro pues al iluminarlo podemos verlo. La luz, dependiendo de donde surja, tiene unos u otros efectos, ejemplo: la luz del sol hace brotar y madurar la fruta, las flores, las semillas de la tierra. La luz alegra el alma, los días luminosos nos generan optimismo, energía, ganas de hacer cosas, de crear. Todos necesitamos de luz; es algo vital.

Ser luz para los otros es siempre potenciar a la persona. Ser luz para otros es escuchar sin juzgar generando esa intimidad sanadora de quién necesita abrirse para curarse. Ser luz es despertar y provocar sonrisas en los demás. Ser luz para los otros es llorar y dar calor en los momentos más difíciles. Ser luz para otros es aguantar cuando el otro está sufriendo por algo que le lleva a increpar, dañar y generar oscuridad; estar ahí dejando que el chaparrón caiga para luego recoger los pedazos y ser luz.

En este tiempo de Pascua, todos estamos llamados a iluminar, a ser luz, no de una forma artificial sino de una forma profunda. 


Comentarios