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- ¿De dónde vienes? - preguntó la rana del pozo.
- Del mar.
- ¿Es grande el mar?
- Extraordinariamente grande, inmenso.
La rana del pozo se quedó unos momentos muy pensativa y luego preguntó:
- ¿Es el mar tan grande como mi pozo?
- ¡Cómo puedes comparar tu pozo con el mar! Te digo que el mar es excepcionalmente grande, descomunal.
Pero la rana del pozo, fuera de sí por la ira, aseveró:
- Mentira, no puede haber nada más grande que mi pozo; ¡nada! ¡Eres una mentirosa y ahora mismo te echaré de aquí.
Iniciamos el día con éste breve relato que nos recuerda las palabras de San Agustín de las que hablamos hace unos días, ¿recuerdas?. Esas palabras que nos recordaban la importancia de cuestionarnos la vida para poder crecer y fortalecer nuestro pensamiento y nuestra personalidad. Hoy te hago saltar de nuevo ésta notificación para que le vuelvas a dar vueltas acerca de tu apertura al mundo sobre lo que crees que ésa así y así será siempre. Ojalá vayas descubriendo que hacerte preguntas es la base para crecer personal y espiritualmente. Quizá así puedas tu también descubrir un "mar" desconocido. Que tengas un buen día. |
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