¡Buenos días!
Hoy has escuchado unas palabras que nacen de una adaptación de la famosa canción The Sound of Silence. En esta versión se dice algo muy fuerte y profundo:
“Murmuraban, pero sin hablar; estaban oyendo, mas sin escuchar, creando una canción que nunca compartirán…”.
Es una imagen que nos puede resultar muy cercana: personas que están juntas, que hablan, que hacen ruido…, pero que en realidad no se escuchan ni se entienden. Quizá también nos pasa a nosotros: vivimos rodeados de voces, de pantallas, de mensajes, pero ¿cuántas veces nos sentimos realmente escuchados? ¿Y cuántas veces nosotros mismos no escuchamos de verdad?
- ¿Has sentido alguna vez que hablabas, pero que nadie te entendía de verdad?
- ¿Te ocurre que oyes muchas cosas, pero pocas veces te paras a escuchar con el corazón?
El silencio que la canción describe no es solo ausencia de palabras: es un vacío, una distancia entre personas que parecen estar cerca, pero que en realidad viven aisladas. Frente a eso, encontramos esta otra frase: “Oíd mi voz, mis palabras llevan el perdón y resonarán en el silencio”. Dime, ¿de quién puede ser esa voz que lleva perdón y resuena en el silencio? ¿Reconoces en ti algún silencio que necesita de esa voz?
Un día Jesús, comparándose con un pastor, dijo: "El pastor llama a sus ovejas por su nombre, luego camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz". ¿Qué voz o voces sigues tú?
Que tengas un buen día.
Comentarios
Publicar un comentario
Comparte tu opinión de manera responsable y evita el anonimato: Escribe tu nombre, el curso y tu cole gabrielista. Muchas gracias.